Resumen:
Durante los últimos años, en Bolivia se ha producido un incremento de casos de feminicidio, los cuales se han ido caracterizando por el aumento de la crueldad y ensañamiento con el cuerpo femenino; pero no solo eso, este trabajo plantea que los espacios (urbanos, periurbanos, periféricos y/o rurales) donde los feminicidios se produjeron o donde los cuerpos de las víctimas fueron abandonados, se constituyen en espacios transicionales sacrificiales caracterizados, como plantea Rita Segato, como limbos normativos con ausencia de formas de organización social/comunitarias previas y ausencia de la vigencia efectiva de leyes y valores de los derechos modernos del individuo.Estos espacios transicionales sacrificiales, se constituyen espacialmente en un umbral de tránsito, no solo en complemento a lo planteado por Segato, de un mundo regido por el Sistema de Estatus a un mundo regido por el Sistema de Contrato, sino de tránsito de un Patriarcado de baja intensidad a un Patriarcado de alta intensidad.Así, atravesar este umbral en el espacio transicional sacrificial, genera una tensión o disonancia estructural en el sujeto feminicida atravesado por el Orden Patriarcal que, desde un sistema de economía simbólica del feminicidio, le exige tributar en el cuerpo de la mujer para acceder a su derecho corporativo masculino de transitar de un Patriarcado de baja intensidad a un Patriarcado de alta intensidad; y de ese modo alcanzar una de las máximas de la estructura masculina corporativa planteada por Segato, referida a su carácter jerárquico y una fuerte ideología de prestigio, prestigio ambicionado por el sujeto feminicida en su paisaje mental y constitutivo para la aceptación de sus pares masculinos en la corporación masculina.Para el análisis propuesto en los párrafos anteriores, como base cuantitativa se acude al análisis georreferencial de casos de feminicidio en Bolivia desde la gestión 2013 a la gestión 2021.
Referencias bibliográficas (opcional):